Los alimentos no solo aportan nutrientes, sino también antígenos alimentarios, que son sustancias capaces de activar el sistema inmunológico. En personas sanas, estos antígenos generalmente no representan un problema. Sin embargo, en individuos con problemas inmunológicos, estos pueden agravar la enfermedad.

El vínculo entre el intestino y muchas enfermedades autoinmunes, como Crohn, colitis, celiaquía, o incluso artritis reumatoide, es bien conocido. Por lo tanto, el primer alimento a evitar es sin duda el gluten.

1. Gluten

La relación entre el gluten y enfermedades autoinmunes, como Crohn, celiaquía, tiroiditis o dermatitis herpetiforme está bien documentada. Mi recomendación es eliminar el gluten de la dieta al menos durante unos meses para evaluar su impacto en la salud.

2. Cereales y Legumbres

Cereales y legumbres comparten una característica común: contienen lectinas. Las lectinas son azúcares unidos a proteínas que se adhieren a la pared intestinal y pueden imitar lipopolisacáridos bacterianos. Esto puede llevar al cuerpo a atacar estas sustancias como si fueran bacterias, exacerbando la respuesta inmune. Por lo tanto, se recomienda reducir su ingesta en personas con enfermedades autoinmunes.

3. Carne

La carne, especialmente la carne de cerdo blanco, puede estar relacionada con la inflamación debido a las grasas saturadas, nitritos y el exceso de hierro. Además, cocinar carne a altas temperaturas, como en parrillas o barbacoas, puede producir químicos peligrosos que promueven la inflamación. Por estas razones, es aconsejable limitar el consumo de carne en personas con enfermedades autoinmunes.

4. Lácteos

Aunque la evidencia no es completamente clara, se sabe que los lácteos contienen antígenos que presentan un mimetismo con ciertas proteínas del cuerpo, especialmente el colágeno. Este fenómeno, conocido como mimicry molecular, puede estar asociado con problemas articulares. Muchas personas con enfermedades autoinmunes se benefician al eliminar los lácteos de su dieta. Además, es posible vivir sin lácteos sin sufrir déficit de calcio, ya que todos los mamíferos, excepto el hombre, obtienen su calcio de otras fuentes durante su vida.

Fuentes:

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