Cañada Tarija
En febrero de 1934 la nueva 9.ª División boliviana fue puesta al mando del coronel Francisco Peña. Su misión era defender la desértica zona de Picuiba a cuyo efecto desplazó al RI-18 Montes, con 1500 hombres, al mando del teniente coronel Bavía hacia Garrapatal con rumbo a Cañada Tarija. Peña ubicó su puesto de mando en Carandaitý, fuera del desierto y a 250 km de Garrapatal.
El alto mando paraguayo supuso que estas fuerzas podían afectar sus operaciones frente al fortín Ballivián y decidió atacarlas.96
El 20 de marzo de 1934, la 6.ª División paraguaya, al mando del teniente coronel Federico W. Smith, interceptó en Cañada Tarija al RI-18 Montes. El mayor boliviano Juan Belmonte, ubicado en Picuiba, fue el encargado de actuar de enlace entre Bavía y el lejano comandante Peña. Esto lo obligó al uso intensivo de los medios radiotelegráficos, que fueron interceptados y descifrados por los paraguayos, lo que permitía anticipar sus movimientos. Por esta razón esta batalla se conoce también como «batalla de los Criptógrafos».97
El comandante paraguayo rodeó a dos batallones bolivianos capturando todo el parque de municiones del regimiento. Belmonte trató de salvar a los cercados pero tuvo que retirarse hacia Garrapatal.98
El regimiento boliviano se rindió perdiendo más de 1000 hombres entre muertos, prisioneros, heridos y extraviados, y todo su armamento. Su jefe, Ángel Bavía, intentó suicidarse y fue trasladado a un hospital paraguayo donde falleció el 5 de abril de 1934.99Fueron capturados los nuevos códigos bolivianos, importantes mapas e informes sobre la inexistencia de pozos de agua en todo el desierto hasta Carandaitý.
El 28 de marzo de 1934, las fuerzas paraguayas ocuparon Garrapatal y establecieron posiciones defensivas más allá del fortín. El resultado de esta batalla afectó seriamente a la opinión pública boliviana ya que demostraba que el nuevo ejército no estaba aún a la altura de las exigencias de las operaciones.100Lo que el pueblo boliviano desconocía eran las bacanales del coronel Peña y sus subalternos en Carandaitý con mujeres traídas desde Villamontes y que fueran denunciadas por el diputado Roberto Ballivián Yanguas que en la reunión secreta del Congreso del 20 de agosto de 1934. Allí dijo:
«Acumuladas como fueron todas las provisiones destinadas para la orgía se llevó una banda del ejército para que las amenizara [...] danzaban los jefes y oficiales [de la 9.ª División] desaforadamente con las daifas [...] descuidado de la manera más criminal sus deberes militares».
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