Hace unos cinco mil años aproximadamente se produjo en la isla de Gran Canaria una gran explosión volcánica. El epicentro (qué tan desgraciadamente está últimamente de moda esta palabra) tuvo lugar en Bandama, muy cerca de Las Palmas y Telde. Está claro que hoy resulta imposible decir las consecuencias que trajo consigo aquella gran explosión, pero quizás sí tengamos un testigo presencial de todo aquello…

Se trata de la Caldera de Bandama, un enorme socavón, para que nos entendamos, hoy monumento natural, resultante de aquella tremenda explosión volcánica. Imaginaros cómo tuvo que ser aquello, que la caldera tiene una profundidad de más de doscientos metros, y un diámetro de hasta un kilómetro. Me imagino que hasta hace poco estarían en Gran Canaria oyendo el ruido de aquella explosión…

Al llegar a la caldera hay unos carteles que ya nos anuncian precisamente estos datos que os acabamos de dar. Para llegar hasta aquí tenemos que dejar atrás el pueblo de Tafira Alta. Nos esperan unos seis kilómetros de carreteras sinuosas, llenas de viñedos, hasta subir a la caldera, situada a 569 metros de altura. Las vistas desde esta altura son espectaculares. Con suerte llegaréis a ver incluso hasta Fuerteventura.

Si queréis, podéis bajar hasta la Caldera de Bandama, pero eso sí, hay que tener un poco de cuidado, ya que el terreno es en pendiente, y algo resbaladizo. Se trata de una sucesión de vueltas a un lado y otro, pero vale la pena, ya que apenas se tarda unos 35 minutos, algo más a la vuelta, y el camino está bien señalizado. Aún así, quizás lo mejor sea quedarse en la cima, y contemplar cómo la naturaleza pudo hacer algo tan perfecto.

Todo el fondo de la caldera es verde, con mucha vegetación. Curiosamente, allá abajo sopla siempre una brisa fresca que se agradece después de la caminata. Veréis a vuestro alrededor olivos, naranjos, palmeras, eucaliptos y vides. Aún se pueden ver en muchas de las formaciones rocosas intensas grietas de lava, en recuerdo de aquella tremenda explosión volcánica.

Ni que decir tiene que, aparte de la tremenda curiosidad que despierta, ya que parece que, si no es por los turistas que hay y la vegetación, pensarías que estás en otro planeta, y por las fabulosas vistas que se tienen desde la cima, resulta uno de los lugares más atractivos de la isla de Gran Canaria.