OS LUSÌADAS LUÍS DE CAMOÉS (Canto Quarto I a VI)
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Canto Cuarto.
Argumento del Canto Cuarto.
Continúa Gama su narración al Rey de Melinde,
y le refiero las guerras de Portugal con Castilla
sobre la sucesión del reino a la muerte del
Rey don Fernando: hazañas del condestable D.
Nuño Alvarez Pereira: batalla y victoria de Aljubarrota:
diligencias hechas para descubrir la
Índia por mar en tiempo de D. Juan II, y cómo
el Rey D. Manuel consiguió ese fin, determinando
este viaje: prevenciones para emprenderlo:
embarque y despedida de los navegantes
en las playas de Belém.
I.
«Después de procelosas tempestades,
Sombras nocturnas, sibilante viento,
Trae el alba serenas claridades,
Esperanza de puerto y salvamento;
Y alumbra el sol las negras soledades,
Apartando el temor del pensamiento;
Así en un reino fuerte acontecía,
Después que el Rey Fernando fallecía.
II.
«Pues si los nuestros mucho desearan
quien el daño y el mal fuese vengando
de aquellos que tan bien se aprovecharan
del descuido remiso de Fernando,
pasando poco tiempo lo alcanzaran,
a don Juan, siempre ilustre, levantando
Rey, de Pedro cual hijo y heredero,
(aunque en verdad bastardo) verdadero.
III.
«Que era orden suya, el cielo con luz pura
por muy claras señales demostrólo,
cuando en Évora, hablando una criatura
antes de tiempo, fuerte nominólo;
y alzó el cuerpo y la voz de su envoltura,
cual cosa revelada por Dios solo,
y dijo: Portugal (la mano alzando),
Portugal por D. Juan, Rey venerando.
IV.
«Alterados entonces de las gentes
los pechos, que el rencor del odio abrasa,
crueldades horribles y evidentes
del pueblo hace el furor por donde pasa:
matando van amigos y parientes
del conde, y de la Reina, y de su casa;
que ella su incontinencia deshonesta
más, desde que está viuda, manifiesta.
V.
«Pero él, en fin, perece deshonrado
ante la Reina, que a salvarle acorre,
de otros muchos muriendo acompañado:
que todo fuego inceso quema y corre.
Quién muere, como Astiánax, arrojado
(sin órdenes valerle) de alta torre:
quién, sin valerle honor, altar, derecho,
desnudo por la calle, trozos hecho.
VI.
«Quedan con estas en bien largo olvido
las mortales fierzas que vio Roma,
hechas por Mario crudo, y el temido
Sila, cuando el rival la fuga toma.
Leonor por ellas y el dolor crecido
del muerto conde, que a su frente asoma,
opone a Portugal Castilla entera,
diciendo que es su hija la heredera.

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