Al principio, cuando el internet era algo novedoso y todos querían saber cómo cambiaría nuestro estilo de vida, unos pocos entendieron el mensaje de inmediato: ¡Libertad! Ya no más un lugar fijo donde trabajar, estudiar y crear.

Así comenzaron los negocios en línea, tanto para vender productos físicos como intangibles. Se crearon nuevas formas de comercialización y el estilo de vida cambió. También, la forma en que las personas se comunicaban evolucionó, encontrando aplicaciones y plataformas para estar más cerca de sus seres queridos.

Los más audaces se lanzaron a vivir el estilo de vida que ofrecía el internet. Con oficinas virtuales o simplemente trabajando a partir de la "nube", surgieron miles de plataformas y negocios en línea que invitaban a hacer negocios sin mucha inversión. En muchos casos, el único capital necesario era el conocimiento y el tiempo.

Hoy en día, esas personas audaces disfrutan de una vida envidiable: libertad, dinero, viajes, tiempo con la familia y otras ventajas que les ofrece trabajar en internet. Y esto no ha hecho más que aumentar. Cada vez más personas abandonan lo convencional para unirse a esta nueva forma de hacer las cosas.

¿Y quién no querría hacerlo, con tantas ventajas? Aunque, sorprendentemente, mucha gente se aferra a la vida que conoce, porque es más fácil de manejar. Sin embargo, estos cambios son inevitables, y tarde o temprano la mayoría se unirá, ya que el internet sigue desarrollándose, y quienes no se suban a este tren quedarán muy rezagados.

Deberíamos estar agradecidos con todos aquellos que se atrevieron a ser pioneros en los negocios en línea, pues nos han mostrado el camino. Ahora solo nos falta tomar la posta y seguir adelante.