No basta con querer a los hijos, también hay que creer en ellos
María Jesús Álava Reyes, licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, nos habla de por qué debemos enseñarle a los niños pequeños a ser autónomos y cómo hacerlo.
Solemos pensar que nuestros hijos son muy pequeños para tomar sus propias decisiones y hacerse cargo de aspectos de su vida, un error que nos puede costar caro a nosotros y a ellos. Estas son las razones de la importancia de educar en autonomía y responsabilidad, además de una guía para hacerlo lo mejor posible.
Educamos la autonomía cuando ayudamos a los niños a desarrollarse como personas independientes, capaces de tomar sus propias decisiones y valerse por sí mismos. Es nuestra tarea como adultos valorar sus aptitudes y fomentar su autoestima y responsabilidad con amor, perseverancia, paciencia y empatía.
La autonomía permite que los niños desarrollen su propia identidad y les ayuda a aceptarse tal cual son. Favorece la independencia y es algo que comienza con la responsabilidad. Es por ello que debemos fomentarla según la edad de cada niño y en los siguientes ámbitos:
Hábitos
Inculcar conductas de vida saludable (alimentación, higiene, aspecto físico) o de conducta desde la edad temprana permite que los niños aprendan a cuidar de sí mismos de manera independiente. Al exigirles que realicen estas acciones de manera constante, pronto se acostumbrarán a hacerlo por su propia cuenta, reconociendo que es beneficioso para ellos mismos.
Desarrollo intelectual
El uso de libros, juegos y espacios culturales fomenta la curiosidad de los niños y facilita su proceso de enseñanza-aprendizaje, además de despertar en ellos el interés por distintas materias. Esto contribuye a su desarrollo identitario y capacidad de reconocimiento de sus propios gustos personales.
Interacciones sociales
Las relaciones que los niños establecen con otros niños y adultos ajenos a la familia les ayudan a integrarse, a conocer el sentido de la amistad, a tener sus propias opiniones, a ser tolerantes y a consolidar su personalidad.
Ocio
Es importante generar espacios para que los niños jueguen, no solamente por su desarrollo intelectual, sino que también el juego les permite hacerse responsables de elegir qué jugar, cómo jugar y con quién jugar.
Tareas
Para ayudar a un niño en el proceso de madurez y autonomía, es importante que, desde pequeño, se responsabilice de diversas tareas en el hogar, las cuales deben ir en aumento de manera progresiva según la edad. Desde doblar un par de servilletas hasta hacer su propia cama. Nunca debemos subestimar su capacidad de hacerse cargo de estas cosas por su cuenta propia.
Atendiendo estos aspectos, no solamente estaremos formando niños más autónomos, sino adultos más maduros. Tenemos que tener en cuenta que cuando los niños llegan a la adolescencia, ya no tienen tanta dependencia psicológica con sus padres, por lo que preparar a los niños para que lleguen a esta etapa con cierto desarrollo de autonomía y consciencia de que tienen que hacerse cargo de sus acciones les ayudará a ser personas maduras, seguras de sí mismas y con capacidad para enfrentarse al mundo que los rodea.
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